Durante el embarazo y el parto el suelo pélvico se resiente mostrando distintos síntomas que desde AtempoCare te ayudaremos a combatir, realizando un seguimiento de tu caso en donde te asesoraremos para solucionar tus problemas de salud y así poder recuperar tu rutina habitual de la mejor manera posible. Pide una primera cita para valoración en donde podremos conocer el estado de tu suelo pélvico y recomendarte el tratamiento más adecuado.
Las sesiones tienen una duración aproximada de cincuenta minutos, en las que se realizarán las técnicas oportunas y una revisión de la evolución del tratamiento, signos y síntomas que la mamá refiera, así como la revisión de los ejercicios programados para el domicilio.
Utilizamos tanto medios manuales (técnicas de inhibición miofascial, masaje perineal, relajación diafragmática) e instrumentales mediante aparatología como Radiofrecuencia INDIBA, aparatos de medición del tono del suelo pélvico, electroestimulación muscular, Biofeedback (proporciona a la mamá información sobre la actividad muscular de su suelo pélvico) y electroanalgesia.
En el tratamiento del suelo pélvico la implicación de la paciente es muy importante, por ello la fisioterapeuta irá guiando a la mamá en la realización de determinados ejercicios en los períodos entre sesión y sesión o consejos que tendrá que tener presente una vez concluido el tratamiento.
Una vez cumplida la cuarentena (o previamente si presentas un consentimiento de médico o matrona) ya se podrá dar comienzo al tratamiento del suelo pélvico. A partir de este momento y hasta aproximadamente los dos años seguirías estando en un postparto, por lo que la eficacia del tratamiento será mayor que si se realiza superado este tiempo.
Si acudes el postparto inmediato o en las primeras seis semanas podremos ayudarte con técnicas de drenaje para reducir la inflamación del tejido abdómino- pélvico como masaje de derivación circulatoria, drenaje linfático manual o drenaje con radiofrecuencia INDIBA.
– Incontinencia urinaria: pérdida o sensación de pérdida de orina (bien de manera espontánea o provocada por una hiper-presión al toser, reír, estornudar, saltar o correr.
– Prolapso genital, (caída de una víscera) como histerocele (caída de útero), cistocele (de vejiga), o rectocele (de recto).
– Incontinencia fecal o de gases, en algunas ocasiones relacionada con partos instrumentales y el uso del fórceps, aunque esto no quiere decir que sea la causa que lo haya desencadenado.
– Apertura vaginal, disminución o pérdida de tono en la musculatura del suelo pélvico y como consecuencia de ello, salida de gas o lo que se conoce como “pedos vaginales”.
– Dolor a la relación sexual (dispareunia) sobre todo en el momento de la penetración.
– Disminución de sensación durante el orgasmo , que no tiene que ser pérdida completa de sensación de orgasmo sino un cambio en la forma de percibir las distintas fases del orgasmo.
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